Le dije al Cielo: ¡Háblame de Dios!. Y el Cielo, se iluminó, se cubrió de estrellas rutilantes. Un cielo hermoso,lleno de paz, de amor, de felicidad. Era una noche de contemplación, de silencio, de concentración, de admiración por la creación y de la belleza de Dios..
María José