Tempestad.
Nubes espesas, negras, descienden sigilosas
De lo alto de las cimas de las andinas cumbres,
El paisaje oscurecen y las faldas verdosas
Se pierden bajo el manto de las oscuras nubes.
De los gigantes verdes que hacia el azul se suben,
las mecen cual si fuesen frágiles mariposas
Y muchas de sus ramas bajo el viento sucumben
Horrísonos los truenos estremecen el cielo,
Relámpagos y rayos rasgan el negro velo
Del cielo vespertino que se torna feroz.
El huracán rugiente, el ríspido aguacero,
Los rayos, las centellas y los macabros truenos
Hacen del cielo un caos terrorífico, atroz.
De las altivas cumbres descienden torrenciales
Arrasando a su paso con todo lo presente
Los arroyos que bajan cual genios demenciales
Y arremeten violentos contra el paisaje inerme.
Impotentes los hombres desde nuestros hogares,
Aterrados miramos arroyos y torrentes,
Arrastrando los restos de viviendas rurales
Llevados agua abajo por la voraz creciente.
Después viene la calma, la tempestad decrece,
Los torrentes se achican, el cielo resplandece
Y continúa el proceso de la naturaleza.
Ella cobró sus víctimas como siempre sucede,
Ella nos da la vida y quitárnosla puede
( Desconozco el autor)