Yo me pregunto:¿Hay lugar para la esperanza del cese de este virus microscópico que quiere acabar con la humanidad?. La respuesta solo la tiene Dios.
Dicen los epidemiólogos que con el cambio de estación siendo la temperatura más alta, pueda desaparecer este maldito virus tan contagioso.
Dejemos volar nuestra mente y volvamos a nuestra a cotidiana realidad, podamos salir a la calle, sin preocupaciones y sin miedo por el contagio, sin mascarillas ni guantes, con la alegría, la sonrisa en los labios , disfrutando de la luz, del sol, del color y el perfume de las flores, del canto de los pajaritos revoloteando por el cielo azul..Y...poder darnos ese abrazo físicamente que estos días lo enviamos a través de nuestras ventanas abiertas, cada noche, para agradecer a tanta gente solidaria que dedica su vida para acabar con esa pandemia.