viernes, 12 de noviembre de 2010

BELLEZA EN LAS CUMBRES





Dame las alas de un águila
para poder volar por encima de las montañas
Dame la agilidad de un sarrio
para poder saltar entre ellas
Dame la prudencia de una marmota
para respetarlas
Dame la fuerza de un caballo
para poder subirlas
Y, sobretodo, dame mucha vida
para seguir marcando la huella de mi bota
en todos sus senderos.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
Un abrazo Pily