miércoles, 23 de septiembre de 2015

Colores de Otoño


https://mjblg.files.wordpress.com/2015/09/otoc3b1o-1.jpg
                             
   EL DIOS TRISTE

    Mirando la alameda de otoño lacerada,
la alameda profunda de vejez amarilla,
como cuando camino por la hierba segada
busco el rostro de Dios y palpo su mejilla.

    Y en esta tarde lenta como una hebra de llanto
por la alameda de oro y de rojez yo siento
un Dios de otoño, un Dios sin ardor y sin canto
¡y lo conozco triste, lleno de desaliento!

    Y pienso que tal vez Aquel tremendo y fuerte
Señor, al que cantara de locura embriagada,
no existe, y que mi Padre que las mañanas vierte
tiene la mano laxa, la mejilla cansada.

    Se oye en su corazón un rumor de alameda
de otoño: el desgajarse de la suma tristeza.
Su mirada hacia mí como lágrima rueda
y esa mirada mustia me inclina la cabeza.

    Y ensayo otra plegaria para este Dios doliente,
plegaria que del polvo del mundo no ha subido:
"Padre, nada te pido, pues te miro a la frente
y eres inmenso, ¡inmenso!, pero te hallas herido"


               Gabriela Mistral 






1 comentario:

kasfepy dijo...

Ven, mira, escucha, no pierdas el momento
sí, escucha el sonido de hojas en los árboles
mira como se tiñen de rojo otoño y amarillo vida,
no pierdas el cálido instante que el frío te ofrece.

Ven, mira, escucha, no digas que no sientes
Sí, escucha la alegre melodía de las hojas secas en tus pasos
Y recupera la débil luz de la esperanza
en los verdes tiernos de abril.
El Otoño es la segunda primavera,

en la que cada hoja es una flor.