sábado, 15 de octubre de 2011

Rosas blancas .Símbolo de la pureza y de luz.

                                                                   Poema

Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo:
Cultivo la rosa blanca.

José Martí

                                               Frases  de amistad

(...) Y tengo, para consuelo mío, dos extrañas flores blancas -encogidas ahora, ennegrecidas, aplastadas y frágiles- para atestiguar que aun cuando la inteligencia y la fuerza habían desaparecido, la gratitud y una mutua ternura aún se alojaban en el corazón del hombre.

Herbert George Wells

 "La gratitud es una flor que brota del alma"

 "Un amigo sabe dar y recibir con generosidad, con alegría y con el corazón"

 " No hay soledad más triste que el no tener amigos".

 Y decía Platón. " No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad".

 Y ...Miguel de Cervantes: "Amistades que son ciertas nadie las puede turbar".
 Regalar una rosa es símbolo del amor, entrega, generosidad, delicadeza, elegancia y respeto.
 y si se acompaña con una sonrisa y un abrazo , es un pedazo de cielo.¡Regalemos rosas!.

                                          
                                                   
                          








5 comentarios:

kasfepy dijo...

!Que sería la vida sin rosas!
Ellas prestan el alma sus alas,
que sin ellas el alma moriría,
sin estrellas , sin fe sin las claras
ilusiones que el alma quería.

Un abrazo Pily

kasfepy dijo...

La flor mas hermosa

El bosque estaba casi desierto cuando el hombre se
sentó para leer debajo de los largas ramas de un viejo roble.
Estaba desilusionado con la vida,
con buenas razones para llorar,
pues el mundo intentaba hundirlo.
Y como si ya no tuviera razones suficientes
para arruinar su día, un chico llegó,
jadeando, cansado de jugar.
Se detuvo delante suyo, con la cabeza baja y le dijo,
lleno de alegría:
- ¡Mire lo que he encontrado!
El hombre lo miró desanimado y
vio que en la mano tenía una flor.
¡Qué visión lamentable! Pensó consigo.
La flor tenía los pétalos caídos, hojas marchitas,
y seguramente nada de perfume.
Quería verse libre del chico y de su flor,
y así el hombre desilusionado simuló
una sonrisa y dio vuelta la cara.
Pero en vez de volver atrás, el chico se sentó a su lado,
levantó la flor a la altura de su nariz y
declaró con extraña sorpresa:
-¡El aroma es magnífico, y es muy hermosa también...!
- Por eso la arranqué. ¡Tómela! Es suya.
La flor estaba muerta o muriéndose,
sin nada de colores vibrantes como naranja,
amarillo,blanca o rojo, pero él sabía que tenía que tomarla,
o el chico no saldría jamás de allí.
Extendió entonces su mano
para asirla y comentó, con sarcasmo:
- Era justamente lo que me faltaba.
Pero, en vez de ponerla en la mano del hombre,
él la sujetó en el aire, sin ninguna razón.
Y en ese momento el hombre se dio cuenta,
por primera vez, que el chico era ciego y que no
podía ver lo que tenía en las manos.
La voz se le apagó en la garganta por algunos instantes...
Tibias lágrimas cayeron de su rostro mientras agradecía,
emocionado, por recibir la mejor flor de ese jardín.
El chico se marchó jugueteando, feliz,
oliendo otra flor que tenía en su mano,
y desapareció en el amplio jardín, en medio de la arboleda.
Seguramente iría a consolar otros corazones,
que aunque tengan la visión física,
están ciegos para los verdaderos valores de la vida.
Ahora el hombre no se sentía más desanimado
y los pensamientos corrían en la mente con serenidad.
Se preguntaba cómo aquel chico ciego se
habría dado cuenta de su tristeza a tal
punto de acercarse con una flor para ofrecérsela.
Concluyó que tal vez su autopiedad lo hubiera
impedido de ver la naturaleza que cantaba a su alrededor,
dando noticias de esperanza y paz, alegría y perfume...
Y como Dios es misericordioso,
permitió que un chico privado de la visión física
lo despertase de aquel estado depresivo.
Y el hombre, finalmente, consiguió ver,
a través de los ojos de un niño ciego,
que el problema no era el mundo, sino él propio.
Y aún compenetrado en profundas reflexiones,
llevó aquella fea flor hasta su nariz y
sintió la fragancia de una rosa...
Verdaderamente ciego es todo el que no
quiere ver la realidad que lo envuelve.
Muchas veces, personas que no perciben el
mundo con los ojos físicos, penetran en
las maravillas que los rodean y
quedan extasiados con tanta belleza.
Quizás haya sido por esa razón que un
pensador afirmó que “lo esencial es invisible a los ojos.”

Un abrazo Pily

kasfepy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maria Jose Blanco dijo...

Es una historia preciosa, Pily. Es verdad que “lo esencial es invisible a los ojos.”
Gracias por hacerme partícipe de tanta belleza.
Un abrazo fuerte

Maria Jose Blanco dijo...

Rosas, rosas divinas y bellas,
sollozad, pues sois flores de amor.